“Marzo ventoso y
Abril lluvioso, hacen a Mayo florido y hermoso”.
Hasta aquí el sabio
refranero español que recoge, sin duda alguna, la expresión máxima de la
estación primaveral que ve su eclosión en el mes de Mayo.
Iniciamos el mes
con la celebración de la festividad de la Santa Cruz, cuyo origen se pierde en
el tiempo. Religiosamente, parece tener su origen en la tradición del hallazgo
de la cruz donde murió Cristo por parte de Santa Elena, pero lo cierto es que
su origen lo encontramos en las fiestas que celebraban los romanos.
La liturgia
cristiana tiene dos celebraciones en torno a la Cruz de Cristo: por un lado la
Invención de la Santa Cruz, -fiesta del 3 de mayo-, y la Exaltación, -el 14 de
septiembre-. La Exaltación, que conmemora la dedicación de las basílicas de
Jerusalén, es de origen oriental y no pasó a occidente hasta fines del siglo
VII, a través del rito romano, la de la invención de la Santa Cruz si que es
conmemorada desde antiguo. En España aparece en todos los calendarios y fuentes
litúrgicas mozárabes, poniéndola en relación con el relato del hallazgo por
Santa Elena de la auténtica Cruz de Cristo.
De
la celebración popular de la fiesta de la Santa Cruz, la que más nos interesa,
y que celebramos en Alicante como fiesta tradicional en el barrio de Santa
Cruz, apenas hay datos antiguos.
Los
primeros testimonios que se conocen sobre la celebración de esta fiesta en
España, se remontan tan sólo al siglo XVIII, aunque este vacío documental no
implica necesariamente que la fiesta no existiera desde antes. En cualquier
caso, parece que la celebración popular de la Cruz de Mayo tal como hoy la
conocemos alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX, para
empezar a decaer a principios del XX. Esta fiesta, en su vertiente popular,
estuvo muy extendida por toda España, aunque con variaciones muy significativas
de unos lugares a otros. A pesar de ello, la celebración ha presentado siempre
en todas sus manifestaciones una serie constante de elementos comunes, como es
el hecho de que el centro de la fiesta sea precisamente una cruz, de tamaño
natural o reducido, que se adorna. A su alrededor se vive la fiesta, con bailes
juegos y coplas. A veces hay procesiones, de carácter religioso o pagano.
Para establecer los
orígenes de esta celebración popular de la Cruz, necesariamente hay que mirar a
una serie de fiestas paganas que se celebraban desde muy antiguo en el mes de
mayo, considerado desde siempre como el mes del esplendor de la vegetación y la
naturaleza, de la primavera.
Basilio
Sebastián de Castellanos, aporta el siguiente dato: "El llamado mayo,
protagonista de la función cívico-campestre, consiste en un tronco muy alto,
comúnmente de álamo verde, vestido de flores, cintas, ramas y frutos, y en
muchas partes pañuelos de seda y otras prendas de vestir, que plantan los
jóvenes labriegos de nuestros pueblos en la plaza y a cuyo alrededor se baila
todo el día con entusiasta alegría".
En
la actualidad, tanto en el sur de España como en la propia ciudad de Alicante, el
primer fin de semana del mes de mayo, se celebra cada año la fiesta de las
cruces: concurso popular que consiste en premiar la cruz mejor adornada en una
calle o rincón del popular Barrio de Santa Cruz. Entorno a esta celebración,
sale la fiesta a las calles de este barrio y la propia ciudad de Alicante sale
del letargo invernal y viven la fiesta en la
calle y saludan al próximo verano.
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